jueves, 9 de octubre de 2014

Ese síntoma de extrañar

Entonces recordé que jamás había extrañado a alguien de ésta manera, no sabía lo que era pasar la noche en vela pensándolo, o que al dormir mis sueños lo reflejaran rápidamente. Sentir sus caricias en mi piel aún cuando son desconocidas para mí. Querer saborear sus besos y sentir su respiración cuando sé que no las he probado. Tenerlo en mis  sueños y que al despertar tenga la sensación de haberlo visto. Sentir frío y pensar en que si estuviera aquí no sería así, anhelar sus poemas a tan altas horas de la madrugada, esos que me hacen dormir con una sonrisa. Carecer de ese tipo de cariño porque sé qué, quien puede brindarmelo, es él...
Jamás sentí extrañarlo de esta manera, pero es que... jamás extrañé a otra persona de ésta manera. ©

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